CeTA Alimentos busca consolidarse como el partner tecnológico de los emprendedores en Coquimbo, Santiago y Coronel


Hace poco más de un mes, se inauguraron las nuevas instalaciones del centro tecnológico en la Región del Biobío.

El pasado 15 de octubre se inauguró el tercer Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria (CeTA), en Coronel, Región del Biobío. Se trata de un moderno espacio, de 235 metros cuadrados, emplazado en el centro productivo de Orizon Seafood, que tiene el objetivo de contribuir al escalamiento de productos desarrollados por startups, Pymes y grandes empresas de la zona sur del país.

La iniciativa -que cuenta con una inversión de $380 millones- posee maquinaria de primer nivel, laboratorios con tecnologías de punta, áreas de desarrollo de productos, líneas de producción y proporcionará asesorías de profesionales altamente calificados.

Busca atender no solo a empresas del Biobío, sino también de las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, apoyándolas en el pilotaje y prototipado de sus proyectos e impulsando con esto, el desarrollo de productos basados en materias primas locales. Así, espera satisfacer la demanda de consumidores más exigentes y apoyar en esta labor a las industrias agrícola y pesquera.

El CeTA Coronel permitirá realizar procesos de deshidratación, molienda, esterilización, extracción, separación, emulsión, envasado y líneas de procesos (especificaciones técnicas en www.cetalimentos.cl); distintos tipos de tecnologías, que facilitarán una variedad de procesos para que las empresas logren mejores resultados.

El ecosistema de innovación y emprendimiento en Biobío

La decisión de establecer el centro tecnológico en Coronel fue realizada sobre la base de una evaluación técnico-financiera y de perspectivas de crecimiento para el mismo, considerando además la oportunidad de ocupar instalaciones de primer nivel, a través de un comodato a 20 años con la empresa privada.

“La región de Biobío tiene un ecosistema de innovación y emprendimiento robusto, con universidades y organismos que trabajan de muy buena forma en red, con empresas del rubro alimentario importantes tanto en materia de recursos marinos, pero también de productos agropecuarios, por lo que el aporte que nosotros, como un corporación técnica podemos dar a ese ecosistema, creemos va en la dirección de complementar el buen trabajo que viene haciendo la región en esta materia”, destacó el gerente general de CeTA Alimentos, Jean Paul Veas.

50 empresas atendidas en el primer año de funcionamiento en Coronel

Según Veas, sus proyecciones indican que los emprendedores y empresas tienen interés en innovar y desarrollar nuevos productos y que, además buscan aprovechar de mejor manera los descartes de producción y valorizar las materias primas, lo que favorece a este tipo de centros. “Esperamos atender a 50 empresas/emprendedores en nuestro primer año de funcionamiento, para luego ir generando un mayor volumen de operación, lo que va de la mano con los recursos económicos que dispongan, tanto las empresas como el gobierno regional, a través del Comité Desarrollo Productivo del Biobío, quienes son facilitadores de los recursos”, auguró.

En este sentido, el Gerente General del centro relevó que, junto a Corfo y Transforma Alimentos, CeTA está dentro del Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío, específicamente en el punto 29, que se refiere al Fomento de la innovación y agregación de valor en productos agroalimentarios y del mar. “El objetivo es responder a los desafíos y oportunidades de diversificación, sofisticación y aumento de la productividad en la oferta regional de estos productos y sus respectivas cadenas de valor, orientando estos esfuerzos tanto al mercado interno como al externo”, enfatizó.

Cabe destacar que Chile posee una costa privilegiada, en cuanto a la variedad y calidad de recursos marinos. Sin embargo, el consumo de ellos es bajo en comparación al resto del mundo (según la Subsecretaría de Pesca, el año 2020, Chile alcanzó los 15,8 kilos per cápita vs los 22 kg que tienen en promedio el resto del globo), por lo que existe una brecha. Desde el punto de vista de Veas, la innovación es clave en este aspecto y, en este sentido, valoró la ampliación del portfolio de productos que está desarrollando Nutrisco, las campañas publicitarias del Jurel de los Pescadores Industriales del Biobío A.G. y la agregación de valor que se están haciendo las algueras de distintas localidades regionales como Coliumo.

“La variedad y calidad de las algas presentes en nuestra costa ofrecen oportunidades para el desarrollo de nuevos productos e ingredientes, con todos los beneficios y propiedades que ellas tienen. El desafío es tecnologizar el proceso de desarenado posterior a la recolección de las algas, el cual sigue siendo artesanal y, por otro lado, enmascarar lo más posible el sabor, ya que los paladares de los consumidores chilenos aún no están tan acostumbrados”, explicó.

Ampliar el número de clientes

Ahora que CeTA está desplegado por todo el territorio y la experiencia alcanzada en este tiempo, está apuntando a la consolidación de los tres centros, en cada una de las regiones en las que se encuentran.

“En Carén, queremos aumentar los clientes a 40 grandes empresas grandes. Hoy en día son 20 los clientes recurrentes, junto con la adjudicación de proyectos de mayor envergadura en cuanto a la tecnología, tiempo y montos. En Coquimbo, buscamos consolidar y expandir los servicios hacia el norte de Chile, partiendo por la Región de Atacama. Y, en el caso de Coronel, ahora que el Centro ya está operando con resolución sanitaria, la vinculación con ecosistema del Biobío será clave para el crecimiento de la operación, junto con la adjudicación de proyectos en diversas líneas de financiamiento”, recalcó.

¿Cómo trabajar con el CeTA?

Lo primero es coordinar una reunión de acercamiento, donde se analizan los requerimientos que tiene el cliente. Luego, se pone a disposición un convenio de confidencialidad para resguardar la información que las empresas comparten y, posteriormente, se evalúa la disponibilidad de tecnología para llevar adelante el servicio. Finalmente, se envía una cotización que, al ser aceptada por el cliente, da inicio al servicio. En caso de que el cliente no tenga todos los recursos, se evalúan en conjunto las líneas de cofinanciamiento que serían más adecuadas para el tipo de desarrollo que necesita.